Siento congoja en el alma, siento… congoja en el alma… Nací maldita, a veces pienso, lloro lágrimas de sangre y los pensamientos más oscuros vienen como el viento veloz y tibio, sin esperarlos… me derramo como la sangre de las heridas más profundas… Oscura noche ¿por qué no me amas?, ¿quién me hizo temible y ronca, tan rasposa y cobarde…? Nací siendo un ángel, pero yo no lo percibo y no lo perseguí, me metí en la caverna y me metamorfosee en un monstruo al que todos temen, un monstruo del que nadie quiere tomar la belleza que hay en su interior. Toma tú la ultima bala de plata y dispara al corazón, allí hallará la muerte, morirá el sangriento y oscuro monstruo que habita en el. Caza mariposas con las manos y las traga sin cesar, ¿por qué no las dejas volar?, ¿por qué asesina las musas?, ¿por qué ultraja los pensamientos?, y dime ¿por qué me teme mi igual? Toma la última bala y dispara al corazón, eso disipará el mal que hay en mi interior. Bésame labios de fuego, róbame el corazón… pero luego, toma la última bala y dispara, así, seguro hallaré la redención…
Era casi de noche y llovía. El aire frío cortaba la piel, y la lluvia, lejos de refrescarla, ardía como fuego helado. Aranza se sentía triste y agotada, perdida en preguntas sin respuestas. A lo lejos, entre la cortina de agua, se adivinaba la silueta borrosa de Mario. Caminaba con dificultad, sus zapatos agujereados chapoteaban en los pequeños riachuelos que corrían por la calle empinada. Recordó su infancia. En algún momento se sintió fuerte, pero ahora estaba desvalida. Quizá era el pensamiento de aquel hijo suyo y de Mario que nunca correría por la pequeña casa que hasta hace unas horas compartía con él. Mario corría tras ella. Escuchó su voz rasposa llamándola, pero no pensaba volver atrás. Llevaba dos maletas en las manos y un bolso marrón de cuero cruzado sobre el pecho. Su vientre estaba vacío. Le dolía, pero ese dolor era más débil que el de su alma. —No debes volver la vista atrás, Aranza, no debes —se dijo a sí misma, sabiendo que, si lo hacía, si lo veía una vez...
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