2012 Desde donde yo estaba podía oírlos. No pude evitarlo. No, no pude. Les escuché versar, conversar. Intentaba no hacerlo, pero era más fuerte que yo. Me lo ofrecían, y no podía negarme. Por momentos me centraba en otras cosas, porque aquel instante era mío, pero de repente parecía ser solo suyo… No podía negarme, de veras. Aquello era más fuerte que yo. No, no pude negarme. Yo, solo un espectador. Eran dos. No podía verlos, pero lo sé cierto, lo sé por las voces. Primero se saludaron sonriendo, y el saludo se escapó de sus labios como una especie de ceremonia. Las voces comenzaron a danzar después. Poco a poco surgieron de sus gargantas como en el brotar de una fuente: agua nueva. Los dos murmullos se entrelazaban. Las voces parecían dotadas de una suave embriaguez. Sus vibraciones rozaban el mundo, solo lo rozaban. Se deslizaban entre los dos, no tocaban nada. Era como si se abriera un camino solo para ellos y las voces se encontraran así… ¿cómo podría definirse?, ¿sintonización? L...
Recetas, escritos, niños, divertimento y más.